SOBRE EL NOMBRE BRUJO/WICCANO

Comentan los Farrar en el tomo 2 de La Biblia de las Brujas que, los rituales allí contenidos son, en general (incluyen también arreglos propios y de Alex Sanders), extraídos del Libro de las Sombras que utilizaba Gardner durante la época en que Doreen Valiente estuvo con él y esto es así porque la propia Valiente participó en la elaboración de esta obra, ya fuera proporcionándoles su propio libro, como en la inclusión de su trabajo de investigación en la búsqueda de la Suma Sacerdotisa del Coven New Forest que inicio a Gerald B. Gardner y que podéis encontrar en los Apéndices.


En la introducción de este segundo tomo explican que hay tres versiones del Libro de las Sombras que utilizó a lo largo del tiempo Gardner.
Una versíon “A” que correspondería al original del Coven New Forest.
Una “B” que sería una revisión del anterior con algunos añadidos allí donde se había perdido en el original, muchos de los cuales salen de la OTO, a la cual pertenecía Gardner y otros de Crowley
Finalmente una segunda revisión, la versión “C” en la que participó activamente Valiente (como en el caso de la Carga de la Diosa, por ejemplo) y en la que se eliminaron algunas de las partes extraídas de la OTO o Crowley que no tenían lugar dentro de la brujería, además de otros detalles incluidos a partir del intercambio de información con otros brujos ingleses.
Pero lo que me lleva a compartir es este detalle, diferente a lo que tenemos entendido la mayoría de nosotros, la elección del nombre que adopta el brujo, que se realiza en el segundo grado en la tradición Gardneriana mientras Gardner estuvo con vida (desconozco si eso ha cambiado con el tiempo o siguen ciñéndose a esto), en lugar de durante la iniciación.
No queda claro en el libro si esta parte es un añadido de Gardner, Valiente o del Libro de las Sombras del Coven New Forest. Resulta curioso que en este caso, no tienen en cuenta la numerología, sino la propia inspiración del brujo en la elección del nombre.



Primero, el iniciado recibe un nombre de brujo, que el o ella ha escogido
de antemano. La decision es enteramente personal. Puede ser el
nombre de un dios o una diosa que exprese una cualidad a la que el
iniciado aspira, como Vulcano, Tetis, Thot, Poseidon o Ma’at. (Los nombres
mas senalados de una mitologia en particular, tales como Isis o
Zeus, deberian, en nuestra opinion, evitarse, pues podrian interpretarse
como arrogancia por parte del iniciado.) O puede ser el nombre de un
personaje legendario o incluso historico, implicando tambien un aspecto
en particular, como Amergin, el bardo; Morgana, la hechicera; Orfeo, el
musico, o Pythia, el oraculo. Puede incluso ser un nombre formado con
las iniciales de aspectos que entre si creen un equilibrio deseable por
parte del iniciado (un proceso sacado a partir de cierto tipo de magia
ritual). Pero cualquiera que sea el nombre escogido, no debe ser casual o
apresurado: una meditada consideracion antes de elegirlo constituye en
si mismo un acto magico.”


No era raro hace algún tiempo encontrarse con covens (normalmente de autoiniciados no pertenecientes a ninguna tradición) llenos de nombres de Dioses entre sus miembros. Personalmente me parece una desproporcionada falta de humildad, por eso me quedo mejor con la numerología o la búsqueda a través de sueños o meditaciones, pero esto es una opinión personal, así que aquí quedan apuntadas otras opciones por si alguien las prefiere.

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