CONTACTAR CON LOS ELEMENTOS
Una parte
esencial en la práctica del arte es tener una buena conexión con los elementos.
Una buena manera de hacerlo es salir al encuentro de cada uno de ellos, trataré
de explicar de forma fácil y práctica estos ejercicios. Tómate tu tiempo para
experimentar con cada uno de ellos en su estado natural.
No conectes
con más de un elemento al día, pues no es buena idea si quieres asimilar
correctamente lo vivido. Debes realizar estos ejercicios al aire libre, busca
un lugar tranquilo y en el que te sientas relajado. Viste ropa cómoda y
descálzate para sentir la tierra. Puedes hacerlos con los ojos abiertos o
cerrados, según te sientas mejor. Usa todos tus sentidos, la vista, el oído, el
tacto, el olfato, y el gusto, para practicar el gusto te aconsejo abrir la boca
y captar las sensaciones que lleguen a ella.
Concéntrate
en como te hace sentir cada elemento en cada uno de tus sentidos, presta mucha
atención a tu plano emocional y a tu cuerpo físico.
Cuando
termines cada uno de los ejercicios, apunta todo en un cuaderno, todas tus
experiencias y emociones, todo lo que seas capaz de recordar.
Antes de
dormirte concéntrate en evocar todos esos pensamientos y sentimientos, si
sueñas con el elemento en cuestión, apúntalo también en el cuaderno.
Al
contactar con los elementos, seguramente cambiarás la percepción que tenias de
ellos. Entenderás que papel desempeñan el Aire y el Agua, comprenderás lo
necesaria que es la lluvia y las tormentas y te será mas fácil soportar el mal
clima. Es posible que acabes disfrutando de sus diversos aspectos. Much@s
bruj@s estudian en profundidad estos fenómenos naturales llegando a ser capaces
de extraer energía de ellos.
Después de
sentir los cuatro elementos, deberás aprender a reconocerlos en tu interior.
Cada uno de ellos tiene un equivalente dentro de ti: el Aire es tu pensamiento,
el Fuego es tu pasión, el Agua es tu emoción y la Tierra es tu parte física. Debes
saber como funcionan dentro de ti, como te afectan emocionalmente, físicamente
y como te afectan en tu trato hacia los demás. Si el Aire que rige tu
pensamiento fuera el elemento dominante, pasarías demasiado tiempo abstraído y
no llevarás nada a la práctica. Si fuera el Fuego, tu pasión, actuarías sin
pensar en las consecuencias. Con el Agua, tu emoción estaría a flor de piel,
llorarías y reirías con facilidad, en cualquier momento o situación. Si
estuvieras demasiado centrado en la Tierra, tu plano físico, no podrías dedicar
atención a otra cosa, acapararía toda tu atención lo físico.
Los
elementos son parte fundamental en el arte, y es indispensable que comprendas
el equilibrio que debe existir en los que tienes dentro. Tendrás que ajustar
cualquier desequilibrio antes de intentar practicar magia, porque, de otro
modo, los resultados seguramente no serán los esperados. Por ejemplo, hacer un
conjuro y que predomine el Aire en ti desembocará en gastar demasiada energía
en repasar mentalmente el problema pero no te involucrarás personalmente en el
conjuro. Pero si tuvieras una carencia de elemento Aire, entonces no
analizarías lo suficiente y con toda probabilidad saldría mal. Si predominara
el Fuego corres el riesgo de dejarte llevar, por ejemplo, por la ira,
lamentándolo después, pero si careces de el, no contaras con la fuerza de los
sentimientos y por lo tanto el conjuro no se transformaría en una acción. Si
fuera el Agua las emociones gobernarían tu voluntad, te seria imposible
centrarte en cualquier otra cosa que no sean los sentimientos, y tus trabajos
mágicos seguramente no lleguen a nada. Sin embargo, si las emociones no
estuvieran presentes, entonces no podrías aportar tu esencia personal. Si le
brindarás una importancia excesiva a la Tierra, canalizarías toda tu energía en
las herramientas del arte y los utensilios en lugar d procurar que ésta
funcione. Pero sin ella no conseguirías hacer nada.
Todo esto
será mucho más sencillo cuando estés en contacto contigo mismo. Es fundamental
que dediques tiempo a aprender a reconocer tus sentimientos por lo que son en
realidad, y no tratar de ocultarlos detrás de lo que te gustaría que fueran.
Zeltía La Loba
Comentarios
Publicar un comentario